Hoy está el temor latente de que, siendo empresario, el gobierno puede meterme a la cárcel por una factura y acusarme de delincuencia organizada, embargarme mis bienes, venderlos sin que medie juicio y otras atrocidades difíciles de creer en una sociedad democrática.
Las reformas al Código Penal han espantado a mas de uno, y han dejado sin dormir a otros.
Independientemente que la buena voluntad de los administradores de la recaudación nos beneficie y actúen de buena manera, por primera vez en su vida, la verdad es que sí tenemos de que preocuparnos cuando el gobierno use esta arma para golpear empresarios.
¿Es factible que el gobierno actúe en contra de sus propios intereses?
Lo vemos todos los días.
Todos los gobiernos que hemos tenido, desde la conquista, solo han actuado en contra de sus propios intereses.
No en contra de los intereses de los gobernantes, pero sí en contra de los intereses de los gobernados, por lo tanto, tenemos una cadena de fracasos en más de 500 años.
¿Este gobierno será distinto?
Si analizamos la palabra “gobierno” viene del latín “gubernare” y esta deriva del griego que significa pilotear, principalmente un barco, desde el timón, por lo tanto podemos definir la palabra gobernar, como decidir el rumbo, ya sea del barco o del país.
¿Porqué creerán entonces los gobernantes que sus intereses y los de los gobernados no van al mismo lado?
¿Porqué todos los gobernantes que hemos tenido no han pasado el test de la historia?
Todos han reprobado.
¿Tenemos de que preocuparnos?
¿Debemos confiar en la promesa no escrita que no van por empresarios?
¿Han dado muestras que nos indican que por fin podemos confiar en ellos?
Hagan sus apuestas, yo apuesto por no confiar.
